La UE quiere reducir el consumo energético de los televisores
Las televisiones planas son los electrodomésticos más vendidos. Su tamaño, cada vez mayor, dispara sus necesidades energéticas, lo que los convierte en candidatos a un estándar más exigente por parte de la Unión Europea. Los organismos comunitarios quieren que mejore su rendimiento energético y ultiman un sistema de etiquetado similar al de las neveras, las lavadoras...
En el punto de mira
La norma que se está estudiando afectará a los aparatos comercializados a partir de 2013 y supondrá el fin de las pantallas de plasma, que consumen cuatro veces más que las de LCD (cristal líquido), lo que significa que emiten mucho más CO2. Se trataría, en todo caso, de los modelos más antiguos, quedando al margen los creados con tecnologías dirigidas a reducir el consumo energetico.
Esto quiere decir que no desaparecen todos los televisores de plasma, sólo aquellos que no sean eficientes. Ante el endurecimiento de la ley, algunas empresas han optado ya por garantizar que sus tecnologías, tanto de plasma como de LCD, son compatibles con el respeto al medio ambientey el ahorro energético (los llamados modelos Ecofriendly). Es el caso de Pioneer, que, en los últimos 15 años, ha reducido en un 43% las emisiones de CO2 en la fabricación de televisiones de plasma y para 2011 calcula bajarlas en un 28% más. Otras empresas, como Philips, tienen intención de abandonar el plasma para centrar su estrategia de mercado en las pantallas de LCD.
Etiquetado de energía
Actualmente, los consumidores desconocen cuánta energía gasta su televisor porque los fabricantes suministran una información escasa o poco clara al respecto. En este sentido, la propuesta de la Comisión Europea de introducir un etiquetado energético independiente de las marcas permitirá a los compradores conocer cuáles son las pantallas más eficientes. Además, la norma animará a los fabricantes a desarrollar nuevos productos más competitivos. La medida sobre el consumo máximo en televisores forma parte de la estrategia de Bruselas de evitar el calentamiento global reduciendo el gasto energético en los hogares, la denominada Directiva de Ecodiseño.
Las televisiones planas son los electrodomésticos más vendidos. Su tamaño, cada vez mayor, dispara sus necesidades energéticas, lo que los convierte en candidatos a un estándar más exigente por parte de la Unión Europea. Los organismos comunitarios quieren que mejore su rendimiento energético y ultiman un sistema de etiquetado similar al de las neveras, las lavadoras...
En el punto de mira
La norma que se está estudiando afectará a los aparatos comercializados a partir de 2013 y supondrá el fin de las pantallas de plasma, que consumen cuatro veces más que las de LCD (cristal líquido), lo que significa que emiten mucho más CO2. Se trataría, en todo caso, de los modelos más antiguos, quedando al margen los creados con tecnologías dirigidas a reducir el consumo energetico.
Esto quiere decir que no desaparecen todos los televisores de plasma, sólo aquellos que no sean eficientes. Ante el endurecimiento de la ley, algunas empresas han optado ya por garantizar que sus tecnologías, tanto de plasma como de LCD, son compatibles con el respeto al medio ambientey el ahorro energético (los llamados modelos Ecofriendly). Es el caso de Pioneer, que, en los últimos 15 años, ha reducido en un 43% las emisiones de CO2 en la fabricación de televisiones de plasma y para 2011 calcula bajarlas en un 28% más. Otras empresas, como Philips, tienen intención de abandonar el plasma para centrar su estrategia de mercado en las pantallas de LCD.
Etiquetado de energía
Actualmente, los consumidores desconocen cuánta energía gasta su televisor porque los fabricantes suministran una información escasa o poco clara al respecto. En este sentido, la propuesta de la Comisión Europea de introducir un etiquetado energético independiente de las marcas permitirá a los compradores conocer cuáles son las pantallas más eficientes. Además, la norma animará a los fabricantes a desarrollar nuevos productos más competitivos. La medida sobre el consumo máximo en televisores forma parte de la estrategia de Bruselas de evitar el calentamiento global reduciendo el gasto energético en los hogares, la denominada Directiva de Ecodiseño.
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